La inteligencia artificial está transformando el panorama del fraude financiero. Para 2025, los delincuentes utilizarán herramientas de IA para generar deepfakes de voz, crear correos electrónicos de phishing ultrarrealistas y burlar los sistemas de detección tradicionales. Se estima que el coste del fraude impulsado por IA alcanzará los 40 000 millones de dólares a nivel mundial.
A partir de enero de 2026, la Verificación de Transacciones de Pago (VOP) es obligatoria para todas las entidades financieras europeas. Esta directiva exige verificar que el nombre del beneficiario coincida con el IBAN antes de cada transferencia. El objetivo es reducir el fraude en las transferencias, que representa miles de millones de euros en pérdidas cada año.
El sistema de compra ahora y paga después (BNPL) está experimentando un crecimiento explosivo en Francia: entre 11 000 y 18 000 millones de euros en 2025, con proyecciones de entre 16 000 y 38 000 millones de euros en 2030¹. Alma, Oney, Klarna… El número de actores se multiplica. Pero con el crecimiento surge un problema: el fraude se está disparando.